Se jugaban los primeros minutos del Clásico y Narciso Mina hacía su primer anuncio en el arco emelecista, defendido por Esteban Dreer. El delantero de Barcelona recibió un pase de José Ayoví, con quien destacó en Independiente, a la espalda de Gabriel Achilier y estuvo muy cerca de anotar.
Mina observó cómo su cabezazo se iba a escasos centímetros del palo derecho del “Rifle”. “Todo pasó como en cámara lenta”, resalta Narciso, quien enseguida se dijo: “el gol llega porque llega”.
Comentó, luego de la práctica de ayer, que podía dirigirse tranquilo a su domicilio, ya que cumplió con las expectativas de su hijo, Jesús Adrián, de 5 años, que es “quien más le exige”. “Cuando no anoto, él se pone triste y me pregunta: ‘papi, ¿por qué no metiste gol?’, pero cuando llego después de haber concretado, me da un fuerte abrazo”.
Patricia, quien vestía ayer la casaca 17 de Narciso, tiene 10 años de matrimonio con el goleador de Barcelona, que lleva 13 tantos en el torneo. El ex jugador de Independiente destaca el “maravilloso” momento que vive en el club “torero” y que todo esto es “gracias a la misericordia de Dios”.
“Como decía mi camiseta anoche (miércoles), no soy yo, es la gracia de Dios en mí. Gracias a Él puedo jugar fútbol y puedo estar en Barcelona, yo nada sería sin mi Dios, por eso todos mis goles son para Él”. Mina tenía otra leyenda en la parte trasera de la elástica que llevaba debajo del uniforme del “Ídolo”, en la que se leía: “Yo solo me esfuerzo y le creo”.
El goleador dijo que estos mensajes le vinieron a la mente durante una de las prácticas.
“En medio de una práctica de esta semana me quedé pensativo viendo las gradas del estadio Monumental y entonces se me vino la frase a la cabeza. Es que realmente no es algo que yo haga, todo es por la gracia de Dios, por eso le agradezco con mis goles”.
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