
Los que tuvieron el placer de ver atajar a Yashin, certifican que era un golero prácticamente imbatible. La historia dice que paró 150 penalties. Sin duda un hecho al alcance de la mano más segura del para muchos mejor portero que haya visto el planeta fútbol.
Luego de haber dado cátedra por 22 años desde el pórtico del Dínamo de Moscú –su único club- y de la selección de la desaparecida Unión Soviética, Yashin nunca entendió porque los porteros que le sucedieron no salían de su área pequeña, haciendo poco para la belleza y grandeza de un papel que él dignificó.
Nacido en 1929, murió en 1990, sin haber conocido otro club que el Dinamo de Moscú (1949 a 1971), donde fue primero portero y campeón de jockey sobre hielo, y luego histórico en el arco ruso. La ´Araña Negra´ enseñó el camino al guardameta moderno, anticipando y saliendo de su área pequeña, porque había entendido que con las manos, podía hacerse maestro de toda el área grande. Una idea pionera; y una lección magistral.
Su habitual indumentaria negra y sobriedad bajo el arco intimidaba a cualquier delantero. Debido a la influencia que tenía en el fútbol, se decía que “era capaz de desviar el balón con la mirada”. Los mejores atacantes de la época aseguraban que en el mano a mano contra él lo mejor era pararse, dejar que recogiera el balón y regresar a su posición, pues era inútil intentar regatearlo.
Lev Yashin, caballero al estilo inolvidable, elegante en su juego, fair-play, bien vestido de negro, ganó muchísimos títulos y premios. Campeón del Campeonato Ruso (54, 55, 57, 59, 63), de la Copa Rusa (53, 67, 70), fue 78 veces internacional ruso, participó en 3 mundiales (58, 62, 66), además del 70, como tercer portero a sus 41 años, pero no jugó. Campeón olímpico en 1956, su actuación fue una vez más capital cuatro años más tarde para conquistar el primer Campeonato de Europa de Naciones, en 1960. Fue elegido mejor portero de los Mundiales 58, 62 y 66, de las Eurocopas 60 y 64 y de las Olimpiadas 56, 60 y 64.
En 1963, recibe el Balón de Oro al mejor jugador de fútbol de Europa. Nunca antes, ni nunca más, un arquero se hizo con el más prestigioso y más antiguo premio individual del fútbol universal.
Ese mismo año guarda las redes de la Selección Mundial, contra Inglaterra en el centenario de la Football Association. En el campo, estaban grandes jugadores como Djalma Santos, Popluhar, Schnellinger, Masopust, Kopa, Law, Di Stéfano, Eusebio, Gento, Seeler, Puskas... Una selección mundial irrepetible... Y bajo palos Yashin hizo un partido irrepetible.
Su gran envergadura no le impidió lucir agilidad y flexibilidad. Todo lo contrario, adornaba naturalmente de elegancia sus gestos. Yashin ofrecía así un espectáculo único y sobrio para los puristas de un oficio que nadie honró con tanta brillantez y sencillez a la vez.
No rechazaba los terribles disparos de sus contemporáneos, Di Stefano, Pelé, Puskas o Eusebio, sino que los bloqueaba, y le gustaba lanzar el contraataque con la mano, además de dominar el juego aéreo con facilidad y elegancia.
Yashin contó alguna vez uno de sus secretos: tomaba una copa de vodka para entonarse antes de jugar. En su adiós, en 1971, la élite, Pelé, Eusebio, Beckenbauer, etc... le honró su presencia en uno de los últimos grandes encuentros de la historia, un Rusia - Selección Mundial, en Moscú ante 100.000 espectadores. El pueblo lo eligió el mejor deportista ruso del siglo y la FIFA, el mejor portero de los Mundiales.
A partir del Mundial de 1994 que se realizó en Estados Unidos, la FIFA entrega al mejor arquero del torneo el premio Lev Yashin. El belga Michel Preud’homme fue el primer golero en ganarse esta distinción. En Francia 1998 fue Fabien Barthezfue el escogido como el mejor guardameta del torneo; en Corea-Japón 2002 fue el alemán Oliver Kahn y en Alemania 2006 fue el italiano Gianluigi Buffon.
El 21 de marzo de 1990, Yashin falleció a causa de un cáncer de estómago en Moscú. Su recuerdo no se perdería nunca en Rusia donde, a pesar de los cambios políticos vividos por la ex Unión Soviética, para todas las repúblicas surgidas de esa federación siempre sería un punto de unión deportiva. Así, las autoridades de Moscú decidieron levantar una estatua al legendario futbolista ruso, por considerarlo uno de los mejores de todos los tiempos.
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