
La dirigencia fue muy clara. Barcelona será en 2009 un equipo que tenga como base a sus jugadores de las divisiones inferiores para el campeonato nacional.
Un proyecto que para muchos se da por falta de financiamiento (pesa el no aporte económico de los hermanos Noboa), mientras que Eduardo Maruri, presidente del club, defiende este plan como una inyección de amor a la camiseta por parte de jugadores nacidos futbolísticamente en su cantera. Sea cualquiera el motivo real, los juveniles amarillos serán protagonistas la próxima temporada.
Algo parecido sucedió en 1999, cuando aparecieron los Mutantes. La dirigencia canaria, dirigida en aquella época por Jorge Bejarano, combatía con esto la grave crisis económica que atravesaba el club.
Jugadores como Edwin Villafuerte, Danny Vera o Ángel Escobar eran la carta de presentación de esta camada de chicos, los cuales veían en este proyecto el apoyo necesario para sobresalir en una institución como Barcelona, tradicional en su filosofía de adquirir jugadores que hayan sido formados en otros equipos.
Al siguiente año de aparecidos los Mutantes, Barcelona estuvo a pocos minutos de descender a la serie B, algo que marcó en mala manera a estos jugadores, los cuales a plaza de una temporada, ya no eran tomados en cuenta como se les había prometido.
José María Andrade, técnico que impulsó la aparición de los Mutantes, asevera que era un buen grupo de jugadores, pero que el proceso se cortó rápidamente y que ese fue el detonante para que no hubiera resultados a largo plazo.
“Los chicos fueron presentados a mediados de temporada, no iban a dar resultados inmediatos. Al siguiente año (2000), llegó un técnico como Marcelo Trobbiani, que cambió todo y perdió el trabajo que habíamos realizado”, dijo Andrade.
El ex técnico canario dice que la base del equipo titular estaba formada de esos jugadores y que los resultados en los partidos no eran tan desalentadores como para descartar el proyecto de los Mutantes.
“Eran titulares entre 7 o 8 jugadores sub 20. Sí ganábamos partidos y cuando perdíamos, normalmente no nos goleaban”, recalca.
Andrade indica que la principal razón para que estos elementos no hayan tenido una carrera regular en la tienda torera se debe al peso de la camiseta.
Siempre dije que esos chicos estaban en un proceso de adaptación, pero la presión de jugar en Barcelona es demasiado grande. El ejemplo más cercano es (Marcos) Mondaini, quien fracasó”.
Con su experiencia en el tema, Andrade ve difícil que esta nueva versión de Mutantes dé resultado en el cuadro torero, ya que los factores externos son muy parecidos a los de 1999.
“Para un jugador joven nunca hay nada fijo. La situación psicológica le puede jugar una mala pasada, ya que Barcelona es una institución grande, que desafortunadamente no ha tenido logros en los últimos años”.
Para ‘Josimar’, es más factible que estos jugadores sobresalgan en otros equipos.
“A ellos se les hace mas fácil demostrar su potencial en otros equipos, pero en Barcelona es diferente. El hincha amarillo quiere títulos, resultados inmediatos y no espera que estos chicos desarrollen y se equivoquen”.
En la actualidad, de los Mutantes, ninguno se encuentra en Barcelona. Danny Vera estuvo la temporada anterior, pero salió del plantel debido a la falta de oportunidades. Por su parte, Edwin Villafuerte y Daniel Chedraui formaron parte del equipo en 2007, pero la tónica de 1999 se repitió: no tuvieron oportunidades de actuar.
Los actuales jugadores de la cantera son direccionados por el montenegrino Dussa Drasckovic, quien en primera instancia fue delegado para formar al “Barcelona del 2010”, pero que luego de la no obtención de resultados en la presente temporada por parte del equipo estelar amarillo, se ve obligado a adelantar el proceso y poner la responsabilidad torera sobre el grupo de 24 chicos a su tutela.
Además de los jugadores de la cantera, los toreros realizarán algunas incorporaciones más para reforzar el equipo, junto con varios elementos que se encuentran con contrato vigente.
Un proyecto que para muchos se da por falta de financiamiento (pesa el no aporte económico de los hermanos Noboa), mientras que Eduardo Maruri, presidente del club, defiende este plan como una inyección de amor a la camiseta por parte de jugadores nacidos futbolísticamente en su cantera. Sea cualquiera el motivo real, los juveniles amarillos serán protagonistas la próxima temporada.
Algo parecido sucedió en 1999, cuando aparecieron los Mutantes. La dirigencia canaria, dirigida en aquella época por Jorge Bejarano, combatía con esto la grave crisis económica que atravesaba el club.
Jugadores como Edwin Villafuerte, Danny Vera o Ángel Escobar eran la carta de presentación de esta camada de chicos, los cuales veían en este proyecto el apoyo necesario para sobresalir en una institución como Barcelona, tradicional en su filosofía de adquirir jugadores que hayan sido formados en otros equipos.
Al siguiente año de aparecidos los Mutantes, Barcelona estuvo a pocos minutos de descender a la serie B, algo que marcó en mala manera a estos jugadores, los cuales a plaza de una temporada, ya no eran tomados en cuenta como se les había prometido.
José María Andrade, técnico que impulsó la aparición de los Mutantes, asevera que era un buen grupo de jugadores, pero que el proceso se cortó rápidamente y que ese fue el detonante para que no hubiera resultados a largo plazo.
“Los chicos fueron presentados a mediados de temporada, no iban a dar resultados inmediatos. Al siguiente año (2000), llegó un técnico como Marcelo Trobbiani, que cambió todo y perdió el trabajo que habíamos realizado”, dijo Andrade.
El ex técnico canario dice que la base del equipo titular estaba formada de esos jugadores y que los resultados en los partidos no eran tan desalentadores como para descartar el proyecto de los Mutantes.
“Eran titulares entre 7 o 8 jugadores sub 20. Sí ganábamos partidos y cuando perdíamos, normalmente no nos goleaban”, recalca.
Andrade indica que la principal razón para que estos elementos no hayan tenido una carrera regular en la tienda torera se debe al peso de la camiseta.
Siempre dije que esos chicos estaban en un proceso de adaptación, pero la presión de jugar en Barcelona es demasiado grande. El ejemplo más cercano es (Marcos) Mondaini, quien fracasó”.
Con su experiencia en el tema, Andrade ve difícil que esta nueva versión de Mutantes dé resultado en el cuadro torero, ya que los factores externos son muy parecidos a los de 1999.
“Para un jugador joven nunca hay nada fijo. La situación psicológica le puede jugar una mala pasada, ya que Barcelona es una institución grande, que desafortunadamente no ha tenido logros en los últimos años”.
Para ‘Josimar’, es más factible que estos jugadores sobresalgan en otros equipos.
“A ellos se les hace mas fácil demostrar su potencial en otros equipos, pero en Barcelona es diferente. El hincha amarillo quiere títulos, resultados inmediatos y no espera que estos chicos desarrollen y se equivoquen”.
En la actualidad, de los Mutantes, ninguno se encuentra en Barcelona. Danny Vera estuvo la temporada anterior, pero salió del plantel debido a la falta de oportunidades. Por su parte, Edwin Villafuerte y Daniel Chedraui formaron parte del equipo en 2007, pero la tónica de 1999 se repitió: no tuvieron oportunidades de actuar.
Los actuales jugadores de la cantera son direccionados por el montenegrino Dussa Drasckovic, quien en primera instancia fue delegado para formar al “Barcelona del 2010”, pero que luego de la no obtención de resultados en la presente temporada por parte del equipo estelar amarillo, se ve obligado a adelantar el proceso y poner la responsabilidad torera sobre el grupo de 24 chicos a su tutela.
Además de los jugadores de la cantera, los toreros realizarán algunas incorporaciones más para reforzar el equipo, junto con varios elementos que se encuentran con contrato vigente.
Comentarios